El siniestro a consecuencia de una toma clandestina en la comunidad de San Primitivo, en Tlahuelilpan, Hidalgo, no solo se ha cobrado la vida de 130 personas, hasta la última actualización del gobierno federal, sino también 170 menores en orfandad, de uno o ambos padres, víctimas indirectas de la explosión.
Abraham Mendoza Zenteno, delegado federal de programas sociales en Hidalgo, informó que la cifra la obtuvieron del censo que realizan en la región —parte del corredor del huachicol, que cruza desde Huichapan hasta Cuautepec—, con el fin de obtener una base de datos sobre los afectados de la tragedia del 18 de enero.
Precisó que las familias que perdieron a uno o más de sus integrantes no sólo se encuentran en Tlahuelilpan, también en Tlaxcoapan, Tula, Tezontepec de Aldama, Tepetitlán, Mixquiahuala, Atotonilco de Tula, Tetepango y Ajacuba.
Los huérfanos, comentó, son cuidados por familiares cercanos. El gobierno federal, afirmó, analiza la forma de apoyarlos a través de programas sociales.
Además de los menores, Mendoza Zenteno aseguró que personas de la tercera edad que eran dependientes económicos de los fallecidos, así como mujeres que enviudaron, igualmente son víctimas indirectas del incendio; no obstante, no proporcionó datos sobre ello.
Por la conflagración, 15 personas permanecen hospitalizadas, una en Hidalgo, y el resto fuera de la entidad, confirmó el gobierno del estado.